Esta novela no tiene nada que ver con los géneros que yo consumo habitualmente — terror y novela negra— y he de admitir que me acerqué a ella porque a Antonio y a mí nos une una pequeña historia nacida de las redes sociales y de nuestra andadura como escritores, y no por una atracción a primera vista.
Cuando su obra llegó a mis manos, sentí la emoción de poseer el fruto de alguien que ha luchado por lo que quiere tanto como yo y con el que he compartido un pelín del esfuerzo y sufrimiento que esto supone, pero, cuando empecé a leer, me olvidé por completo de los motivos circunstanciales que me habían llevado a ella para dejarme llevar únicamente por la historia.
Sinopsis
«Otoño de 1987. Óscar es un chico de trece años con tendencia a ausentarse en ensoñaciones. Su vida en Aluche, un barrio de la periferia de Madrid, es fácil hasta que se enamora de Inmaculada, una amiga de diecinueve años de su hermana que se refugia en la heroína para enfrentarse a sus propios miedos. Óscar quiere crecer para que ella se fije en él, e Inmaculada quiere tener la edad de Óscar para huir de una vida que empieza a detestar».
Se trata de una historia dura y complicada en la que la drogas y el amor juegan con la adolescencia; tres elementos, que juntos, a la fuerza tienen que engendrar una trama interesante. Bueno, eso depende de la maestría de quien los combine y, en este caso, el autor cuenta con ella.
Antonio nos lleva por las vivencias del protagonista con calma, sin prisa y con un lenguaje cercano, pero no exento de cierta complejidad. Con cariño por el detalle, se detiene en cada escena para retrotraernos a los años ochenta, a los teléfonos de rueda, a las tardes de juego en la calle con los amigos, a noches de cine y películas como Cuenta conmigo:
«Nunca he vuelto a tener amigos como los que tuve cuando tenía doce años. Dios mío, ¿los tiene alguien?».
Pero también nos lleva a unos años ochenta donde la droga se colaba en muchas casas de manera desapercibida y sigilosa, destrozando vidas a su paso.
Puntuación 🍺🍺🍺🍺/5
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Destacar la gran calidad de edición de la novela. Antonio ha sido muy cuidadoso y ha tenido el acierto de rodearse de un equipo impecable, comenzado por la fabulosa correctora Ana García de Polavieja. También contó con Annie Spratt, Alexandre Boucey y Amparo Pérez Villar para la portada y con Jorge Gago para la maquetación.
Os invito a conocer más cosillas sobre Antonio Carralón y ¿Tú saltarías por mí? en su web www.antoniocarralon.com.