Película: «El teléfono del señor Harrigan» (2022, John Lee Hancock)

Una muy buena adaptación del relato homónimo de Stephen King  publicado en la antología «La sangre manda» (Plaza & Janés, 2020)

Una muy buena adaptación del relato homónimo de Stephen King publicado en la antología La sangre manda (Plaza & Janés, 2020)

El título y el cartel de la película ya dan alguna pista, os desvelo alguna más: el joven Craig es contratado por el anciano y multimillonario señor Harrigan (Donald Sutherland) para que le lea todas las tardes. El hombre lo recompensa, además de con una paga, con rascas y ganas que le regala en fechas señaladas. Con el premio de uno de ellos Craig le compra un móvil a su jefe.

El anciano, inicialmente, se muestra reticente, piensa que las cosas nos poseen a nosotros y no nosotros a ellas: «No tengo televisión porque, si la tuviera, la vería, pese a que no emite más que tonterías» (no es la primera vez que King se muestra crítico con las nuevas tecnologías), pero finamente accede al ver inmediatez que le ofrece el aparatejo con recpecto a determinada información: la bolsa, el Dow Jones… En fin, cosas de las que yo no entiendo ni un pimiento, pero, como buen hombre de negocios, aunque ya retirado, el bueno el señor Harrigan sí entiende y, además, le interesan un montón.

Al tiempo, Harrigan la palma y a Craig no se le ocurre otra cosa que colar el móvil en su ataúd y llamarlo y dejarle mensajes de voz una vez enterrado. Lo hace para desahogarse y quejarse de un repetidor del instituto que le pega una paliza. El abusón aparece muerto y el móvil le devuelve mensajes escritos desde el teléfono del difunto señor Harrigan

Muy buena película y muy buen relato (Donald Sutherland está espectacular, me encanta), aunque lo he leído a la par que Después y la verdad, me ha parecido que a veces se trataba del mismo personaje. King repite voces, personajes y escenarios, pero con qué maestría lo hace el jodío. También, con todo lo que escribe, como para no repetirse.

King vuelve al binomio niño/adolescente-viejo cascarrabias y a sus ambientes e historias de toda la vida: con bailes escolares, matones, deudas y un niño feliz de pasar la tarde leyendo con un anciano. Una bella historia.

La podéis encontrar en Netflix

Deja una respuesta