Presentación de «Laberinto, la variable independiente» en Retortillo de Soria

«Laberinto, la variable independiente» se engendró y nació en Retortillo de Soria y era impepinable que se presentase allí. No solo porque la inspiración me llegó en Retortillo y muchos de los escenarios y paisajes son de Retortillo, sino por el cariño tan especial que tengo por este pueblo y por sus gentes

Laberinto, la variable independiente se engendró y nació en Retortillo de Soria y era impepinable que se presentase allí.

No solo porque la inspiración me llegó en Retortillo y muchos de los escenarios y paisajes son de Retortillo, sino por el cariño tan especial que tengo por este pueblo y por sus gentes, y gracias a la asociación cultural Balcón de las Dos Castillas tuve la oportunidad de hacerlo.

Gracias también a Javi, que me presentó y fue un magnífico maestro de ceremonias, además de currarse los audiovisuales —aunque a mitad del evento se jorobase el proyector—, gracias a Txemi, a Gus y a Ali por organizar la sala y a Edurne por gestionar el evento, a Guiller y Pedro por las fotos… y voy a parar porque me da miedo dejarme a alguno.

En definitiva, gracias a todos los que me acompañaron antes, durante y después de la presentación dándome calorcito y cariñete.

Me sentí como en familia y feliz, a pesar de los nervios, y la respuesta de la gente fue maravillosa.

No hay que olvidar que parte de los beneficios obtenidos por la venta de la novela —mis regalías concretamente, para qué nos vamos a andar con pudores— irán destinados a la ONG HumanCopp.

En otra entrada de esta misma sección hablo un poco sobre la labor de esta ONG y procuraré ahondar aún más en sus quehaceres.

Gracias a los retortillenses, hoy por hoy, HumanCoop cuenta con unos leuris más para seguir trabajando por los más desfavorecidos en Mauritania.

Además de hablar de los fines solidarios de Laberinto, conversamos sobre sus protagonistas, sus escenarios, su relación con Retortillo, sobre la España vaciada, su hermana mayor La habitación de Minerva y un poquito sobre mí y mi amor por la escritura.

También me permití hacer un pequeño homenaje a Juani, el dueño del mesón El Cazador, uno de los bares del pueblo (había dos, hoy, ninguno, aunque hay uno construcción, no asustarse) que, como muchos bares de pueblo, constituía el corazón y el lugar de encuentro de retortillenses y visitantes.

Juani nos atendía y cuidaba de mil amores y siempre se preocupaba por todos nosotros, bueno, y lo sigue haciendo, afortunadamente solo se ha jubilado y aún nos quedan muchos buenos ratos que vivir con él.

El mesón El cazador es uno de los escenarios principales de Laberinto, aunque os aseguro que en el de verdad no pasaban cosas tan espeluznantes.

Para acabar, una pregunta por aquí, otra por allá y después a firmar y a empaparme del cariño de la gente.

Si tenéis Instagram podéis ver la presentación completa pinchado aquí.

A pesar de mi torpeza con las redes, conseguí grabar un directo bastante pasable.

Por lo pronto os dejos algunas fotos y al final un fragmento de la carta al lector incluida en la novela, donde os abro un poquillo mi corazón.

Aprovecho para dejar algunos enlaces por si alguno tiene ganas de adentrarse en la historia del Laberinto, la variable independiente y se anima a comprarla, os lo pongo fácil:

Nou Editorial, Casa del Libro, Fnac, El Corte Inglés, Amazon, Librería Serendipias (Tres Cantos) y, ojo, también lo podéis pedir en la librería de vuestro barrio, que el librero o librera os lo pedirá de mil amores.

Carta al lector (fragmento):

En Retortillo de Soria (#sossoria) me lo he pasado en grande y, sin ser de allí, me he encontrado como en casa desde el minuto cero. Porque lo mejor que tiene Retortillo es su gente.

Y fue precisamente en el regreso de las vacaciones de 2019, con la lagrimilla asomando y un pie puesto ya en la oficina, cuando se me ocurrió la idea para esta novela. Me recuerdo con la modorra y la tristeza, mirando por la ventanilla del coche, viendo pasar los campos segados y las tierras rojizas, entreveradas de decenas de pueblos pequeñitos y ya casi desiertos; fue entonces cuando saltó la chispa y de entre esos campos surgió una venta, donde vivía un ser siniestro y podrido, guardián de una bestia devoradora de almas.

Paradójicamente, convertí en terrorífico un sitio que adoro.

Castilla es un buen lugar para crear historias, que se lo digan si no a Machado.

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