Reseña: «Astillas en la piel» de César Pérez Gellida

Con independencia de que eche de menos el remate, engancha que da miedo, se lee muy rapidito y está muy bien escrita

Astillas en la piel de César Pérez Gellida (Editorial Suma, 2021)

¿Qué opino de «Astillas en la piel»?

Pues me quedé un poco perpleja cuando la acabé. De hecho, seguí leyendo y pensé que la carta al lector era parte de la novela (el protagonista es escritor y me pareció un ingenio más por parte de Gellida) y cuando me di cuenta de que no, me dije: pero ¿ya ha acabado?, ¿no hay más?

(Abajo tenéis la sinopsis).

Abordé «Astillas en la piel» —otro regalito, este de cumpleaños— sin investigación previa. No sabía que era una pseudotrilogía —«La suerte del enano», «Astillas en la piel» y «Nos crecen los enanos»—y que, además, me estaba leyendo el segundo volumen.

Afortunadamente, no hace falta leerse la primera para entender la segunda, tiene tramas independientes y por lo visto solo comparten un personaje, lo que me extraña es que, según he leído, tampoco hace falta leer la tercera para no quedarte a medias con la segunda (parezco los hermanos Marx con la parte contratante de la primera parte), sin embargo, a mí sí me lo parece.

Con independencia de que eche de menos el remate —me siento rara, por más que he buscado no he encontrado ningún lector con esta misma sensación, pero claro, diréis: qué quieres, hija mía, si hay una novela después, es lógico, haberlo mirado antes y no te quejes tanto— engancha que da miedo, se lee muy rapidito y está muy bien escrita.

Hay algunos diálogos entre los dos protagonistas que, a mi juicio, no aportan nada o lo poquito que aportan se podría condensar en menos líneas. Hay uno de ellos, en el que el protagonista habla de su proceso de escritura, que sí me leí con fruición, aunque pienso que Gellida presenta un perfil de escritor americanizado. Yo no tengo mucha idea, pero creo que en España las cosas no funcionan tan chachiguay como lo pinta el autor, ni siquiera con los escritores que publican con las grandes.

 

En resumen, me ha gustado, aunque, como digo, me he quedado corta —quizás sea culpa de mi cerebro, que le gusta que le den todo bien cerradito—. La he disfrutado y me la he leído en un pispás. Además, he aprendido palabras nuevas como amusgar, fatamorgana, vesania, discinesia, acmé, hético o celícola, esta última me ha encantado.

¿Me compraré «Nos crecen los enanos»? No lo sé, posiblemente sí.

Sinopsis:

Dos amigos de la niñez con una deuda pendiente.

Un forzado reencuentro en la amurallada localidad vallisoletana de Urueña.

Álvaro, un exitoso escritor, y Mateo, un crucigramista en números rojos, acabarán atrapados en el caótico trazado medieval de la villa y bajo una impenitente cencellada. Ambos serán parte de un macabro juego en el que la sed de venganza los llevará a tomar decisiones que condicionarán sus vidas en el caso en el que alguno logre superar la jornada.

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