Reseña: «Los penitentes» de J. E. Álamo

«En ‘Los penitentes’, J.E. Álamo nos presenta una historia trepidante, sangrienta y conmovedora sobre el eterno enfrentamiento del bien y el mal, en la que predominan los grises en los bandos involucrados, y los protagonistas están lastrados por la culpa del pasado»

Los penitentes de J. E. Álamo (Obscura Editorial, 2022)

Estoy a tope con Obscura Editorial (como mi colega de reseñas Leo Shaddix) y, por ahora, todo lo obscuro que ha caído en mis manos no me ha decepcionado: Los penitentes, Alone at de top de Carlos Sisí y Dientes rojos de Jesús Cañadas (y tengo en la recámara Duramadre de Víctor Sellés). Debo agradecerle mi iniciación en esta editorial a David M. Pastor y su canal de Youtube El mal no descansa.

Si os gustó Dientes rojos, Penitentes, probablemente, también lo haga. Ambas son thrillers paranormales, ambas son duras y descarnadas y ambas utilizan un lenguaje atractivo, con tramas sinuosas que merecen y requieren cierta atención en la lectura.

Los penitentes es cortita (208 páginas, con ilustraciones incluidas), intensa y se lee en un plis plas, aunque ya os digo que lo mismo le dais un segundo repaso. No solo porque sea compleja, sino porque es de esas novelas en las que gusta revisar las pistas que ha ido dejando el autor. Son sutiles, pero están, y resulta muy divertido, al menos para mí, volver sobre ellas cuando ya sabes lo que esconden. Y en este caso, las miguitas a seguir no están orientadas tanto al descubrimiento de la identidad y naturaleza del antagonista como a la de los propios protagonistas.

Nada es lo que parece y resulta increíble que, en tan pocas páginas, J. E. Álamo sea capaz de enredarnos de tal modo (bueno, me ha dicho un pajarito, concretamente el Círculo de Lovecraft, que la cosa no fue coser y cantar, que supuso mucho trabajo: como es lógico, si quieres algo bueno, hay que currárselo).

Sinopsis:

Un asesino despiadado, conocido como el Segador, está torturando y matando a párrocos en el interior de sus iglesias; firma los crímenes con una cita bíblica escrita con sangre, y luego prende fuego a los cadáveres. Un ritual cuyo fin aparente es desatar el caos.

Acompañado por el agente Erik, Javier Aguirre, detective de la Brigada de Intervención Especial, asiste impotente a un asesinato tras otro. Después de mucho tiempo sin lograr recabar una sola pista, Aguirre topa con Baldo, un anciano que ha presenciado el último crimen. Sin embargo, su interés por este testimonio atrae la atención del Segador, y el detective y sus allegados se convierten en su nuevo objetivo.

Ahora Aguirre debe enfrentarse a un criminal que amenaza con devorar todo lo que significa algo para él. Y comienza a tener la sensación de que solo es un peón en un juego cuya dimensión no acaba de comprender.

Nos encontramos ante un elenco de pocos personajes y todos descritos con las palabras justas y mucha contundencia: la pareja de detectives, el asesino, sus cómplices —voluntarios o no—, las víctimas y los que manejan el cotarro. Cada uno alineado en el bando del bien o del mal, porque así de simple, o así de complejo, se nos plantea el tema: se trata de la lucha entre el bien y el mal, del equilibrio contra el caos.

Aguirre y Erik (la pareja de detectives, equipo: los buenos) se enfrenta al Segador (asesino en serie, equipo: los malos), un tipo despiadado que se dedica a torturar y quemar a sacerdotes en sus parroquias. El Segador se alía con, y se sirve de, Prudencia, su hijo adoptivo y Gregorio (los cómplices, equipo: los malos y pedazo de malos, unos personajes muy pero que muy perturbadores) para perseguir y acabar con sus víctimas.

Cada bando tiene sus jefes, los que manejan el cotarro, tanto el Segador como Aguirre y Erik están a las órdenes de unos personajes misteriosos que los engañan y manipulan para alcanzar cada uno su objetivo: el caos o el equilibrio.

Destacar la cuidada edición de Obscura y las estremecedoras ilustraciones de Alberto Góngora, me quedo con la de Prudencia y su vástago.

Gracias, Alberto, por el envío de las ilustraciones, y gracias, Obscura, por publicar estas joyitas.

Valoración: 🍺🍺🍺🍺/5

«Arrasa a los falsos predicadores, aquellos que claman contra mi nombre y lo ensucian al pronunciarlo. Tú serás el Segador. Aprenderán a temerte porque sabrán que tu palabra es la mía».

En Los penitentes, J.E. Álamo nos presenta una historia trepidante, sangrienta y conmovedora sobre el eterno enfrentamiento del bien y el mal, en la que predominan los grises en los bandos involucrados, y los protagonistas están lastrados por la culpa del pasado.

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