La ladrona de huesos de Manel Loureiro (Editorial Planeta, 2022)
Regalo de Reyes, y sí, otro superventas. Ya sobrepasó los 70.000 ejemplares vendidos y el año pasado lo petó —junto con Ildefonso Falcones, Javier Marías o Eva García Sáenz de Urturi, entre otros— en las listas de los más vendidos con La ladrona de huesos. Sin embargo, es uno de mis autores españoles favoritos de terror y misterio y los Reyes Magos lo saben.
¿Qué ha pasado? Que de todo lo que he leído de Loureiro es lo que menos me ha gustado. Quizás porque deja de lado lo terrorífico y lo paranormal o porque, precisamente por ello y a pesar de ello, es la novela que más inverosímil me ha resultado:
—Por supuesto que te creo —dijo al fin—. Por disparatado que suene, todo lo que me has contado es real.
«Tras ser la víctima de un salvaje atentados, Laura pierde completamente la memoria. Solo el cariño de Carlos, el hombre del que se ha enamorado, le ayuda a percibir destellos de su misterioso pasado. Pero ¿quién es Laura? ¿Qué le sucedió? Durante una cena romántica, Carlos desaparece de forma inexplicable y sin dejar rastro. Una llamada al móvil de la joven le anuncia que, si quiere volver a ver con vida a su pareja, tendrá que aceptar un peligroso reto de insospechadas consecuencias: robar las reliquias del Apóstol en la catedral de Santiago. Sin dudar un segundo, Laura se embarca en una misión imposible para cualquiera. Pero ella no es cualquiera».
Entre presente y pasado, y con unas escenas de acción larguííísimas, encontramos la respuesta a todas estas preguntas. Quién es Laura y por qué no es cualquiera, sino una supermegamáquina de robar con unas habilidades dignas del mejor agente secreto. Aunque a veces se queda un poco alelada y te descoloca al salirse del perfil. Supongo que, si has perdido la memoria y te va viniendo a golpes, es normal mostrar inseguridad, por muy maquinote que seas. También me chocó su facilidad para desenamorarse y volverse a enamorar apasionadamente en cuestión de días.
La historia me ha enganchado, pero no hasta el punto en el que lo hizo La puerta. La Ladrona de huesos no me llamaba desde la mesita de noche insistiendo en que dejase de ver La brea (por ciento, menudo culebrón) o The last of us en HBO. He de decir que me ha gustado más la línea temporal del pasado que la del presente, puede que porque la protagonice la Laura niña, y que la del presente me ha resultado demasiado rocambolesca.
No obstante, me la he leído con comodidad, aunque en ocasiones he sentido como si me hubiesen cambiado al autor al encontrarme con algunas imprecisiones que no me cuadraban con su manera habitual de escribir: el olor dentro del cuarto era indescriptible, hizo un gesto que podría significar cualquier cosa, sentía un calor inhumano… Probablemente, yo lo hubiese redactado así, con los errores propios de los que empezamos a escribir.
Sí, ya sé que digo una cosa buena y al momento otra mala… En fin, sentimientos encontrados, quería que me gustase, pero no lo ha logrado.
Echo de menos al Loureiro de atmósferas misteriosas, barcos a la deriva y zombis gallegos.
Valoración: 🍺🍺🍺/5